Desde el primer día, Laura Hernández fue una de las mejores y una valiosa miembro del equipo de UPS. Pero hace casi veinte años, la vida la hizo cuestionarse todo, incluida su trayectoria profesional.
El día en que todo cambió: Laura trabajaba como manipuladora de paquetes de medio tiempo y se esforzaba mucho. Era diligente y amaba su trabajo… pero de la nada, presentó su renuncia.
Lo que su equipo no sabía era que la vida de Laura acababa de dar un vuelco.
El esposo de Laura había sido asesinado trágicamente por un conductor ebrio. Emocionalmente devastada, enfrentó muchas dificultades durante los meses siguientes. Bajo presiones financieras aparentemente insuperables, Laura y sus hijos perdieron su hogar en el transcurso de un año y tuvieron que vivir en su camioneta.
“No quería dejar UPS”, dijo Laura, recordando ese tiempo. “Pero no pensé que podría permitirme el lujo de quedarme”.
Sin conocer las circunstancias, el gerente de recursos humanos de UPS, Michael Ciavarella, quiso entender por qué una de las mejores trabajadoras de UPS había decidido irse. Después de que Laura le explicó su situación, le hizo una simple pregunta: ¿qué más sabes hacer?
“Mi trabajo es cuidar de mi gente”, dijo Michael. “Si tan solo nos tomáramos el tiempo para conocer a nuestra gente, sabríamos quién será la próxima superestrella a la podríamos ayudar a guiar”.
Con la experiencia previa de Laura como mecánica de mantenimiento para una fábrica de alimentos, Michael inmediatamente se puso a trabajar para encontrarle un puesto de tiempo completo en UPS en el que usara esas mismas habilidades. Esa determinación por ayudarla terminó por cambiarle la vida.
Esperanza en tiempos desalentadores:“Fue un sentimiento de esperanza que me hizo pensar que en realidad había una oportunidad para recuperarnos”, dijo Laura. “Mi familia UPS no dejaría que me fuera sin antes luchar por mí, y por eso estaré eternamente agradecida”.
El puesto de Laura como mecánica la ayudó a reconstruir su vida y mucho más. Pudo comprar una casa en un vecindario próspero, enviar a sus hijos a la escuela y generar un fideicomiso.
Una gratificante carrera de 20 años que floreció a raíz de una terrible adversidad. Y Laura no fue la única en unirse a UPS: a lo largo de los años, tres de sus hijos han trabajado para la empresa.
“Estoy muy orgullosa de mí misma por lo que he logrado... pero nunca lo hubiera logrado sin el apoyo de mi familia UPS. En el momento más oscuro de mi vida, cuando había perdido toda esperanza en la vida y en la humanidad, mi familia UPS me sacó del abismo”, dijo Laura.
“Nunca me abandonaron y siguen impulsándome para seguir adelante. Nos devolvieron la vida a mí y a mis hijos”.