Kyle Hughes es responsable de mucho.
Administra tres instalaciones de entrega de paquetes de UPS en el centro-oeste de Texas (Alpine, Brownwood y San Angelo) y hay una superficie muy grande para cubrir: aproximadamente 51 800 kilómetros cuadrados.
Además de todas las responsabilidades normales de dirigir un área como esta, el virus de la COVID-19 se convirtió en un problema tanto para estas comunidades con poca población como para los barrios más poblados de la ciudad de Nueva York.
Y UPS se convirtió en una gran parte de la solución.
Por eso, el primer envío de la vacuna contra el coronavirus de Moderna fue algo parecido a la llegada de una celebridad a la ciudad.
“Cuando nos enteramos de que íbamos a recibir el primer envío de vacunas, fue muy importante”, dijo Kyle. “Para UPS, que nos dieran la oportunidad de entregarlas fue enorme”.
Se puso especial atención en explicar la tecnología asociada que respalda cada envío, desde el embalaje en sí hasta la tecnología de sensores, que proporcionó visibilidad crítica del paquete para todos en la batalla contra la pandemia. Cuando llegó el día, el equipo estaba listo.
“Hablamos de la importancia de la vacuna para la humanidad”, relata Kyle. “Les mostramos a todos cómo eran los paquetes y supervisamos su progreso desde el principio”.
Los conductores tomaron fotos. Realmente había llegado una celebridad a la ciudad.
La conductora Joslyn Monsivais realizó la primera entrega de vacunas a una farmacia local.
“Fue un honor haber sido seleccionada”, recuerda Joslyn. “Estaba tan emocionada que llamé a mi madre tan pronto como me enteré para decirle que iba a entregar la vacuna”.
Desde una farmacia de una pequeña ciudad hasta hospitales rurales y centros médicos del condado en las llanuras abiertas de Texas, los empleados de UPS como Joslyn se tomaron en serio (y todavía lo hacen) la responsabilidad de hacer avanzar nuestro mundo mediante la entrega de lo que importa.
“Me siento honrada por ser una pequeña parte de algo tan importante para nuestro mundo”.